I. Señor, no te quedes callado;
Señor, no te quedes quieto.
II. Despierta, como en los tiempos antiguos;
¿No has hecho tú la tierra entera?
III. Recuerda que los pueblos han pasado,
y que tú has creado a todos ellos.
IV. Tú eres el Dios que hace milagros;
tú has hecho famoso tu poder entre los pueblos.
V. Con tu brazo has redimido a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
VI. Las aguas te vieron, oh Dios,
las aguas te vieron y temblaron;
también se estremecieron las profundidades.
VII. Las nubes derramaron aguas;
los cielos hicieron resonar su voz;
también tus flechas corrieron de un lado a otro.
VIII. El estruendo de tu trueno fue oído en el torbellino;
los relámpagos alumbraron el mundo;
la tierra se estremeció y tembló.
IX. En el mar se abrió tu camino,
y tus senderos en las grandes aguas;
y tus huellas no se conocían.
X. Tú guiaste a tu pueblo como a un rebaño
por la mano de Moisés y de Aarón.

Que dice el Salmo 6 ?

El Salmo 6 es una oración de alabanza a Dios. El salmista comienza con una petición a Dios para que lo escuche y lo salve. El salmista reconoce la grandeza de Dios y su poder para salvar a los que lo invocan. El salmista también reconoce la justicia de Dios y su misericordia para aquellos que lo temen. El salmista pide a Dios que lo perdone por sus pecados y le dé la fuerza para resistir la tentación. El salmista termina con una oración de alabanza a Dios por su bondad y su misericordia.

Preguntas frecuentes del Salmo 6

Pregunta 1: ¿Por qué el Señor es tan bueno?

Respuesta: El Salmo 6 nos recuerda que el Señor es bueno porque él es misericordioso y compasivo. Él es fiel y justo, y siempre está dispuesto a perdonar a los pecadores. Él es un refugio para los afligidos y una fuente de consuelo para los que están tristes. El Señor es bueno porque nos ama y nos protege.

Pregunta 2: ¿Cómo puedo confiar en el Señor?

Respuesta: El Salmo 6 nos recuerda que podemos confiar en el Señor porque él es fiel y justo. Él nos ama y nos protege, y siempre está dispuesto a perdonar a los pecadores. El Señor es un refugio para los afligidos y una fuente de consuelo para los que están tristes. Si confiamos en el Señor, él nos guiará por el camino correcto.

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