1 Oh Dios, escucha mi oración;
atiende a mi súplica.
2 Desde tu santa morada,
respóndeme con tu verdad.
3 Me dirigí a ti desde mi corazón;
en tu presencia me presenté con humildad.
4 No te alejes de mí;
escucha mis palabras.
5 Escucha mi clamor,
mi rezo lleno de ansiedad.
6 Desde los cielos, oh Dios,
respóndeme con tu amor y tu fidelidad.
7 Oh Dios, en ti hay salvación;
en tu presencia hay abundancia de bondad.
8 Tú eres fiel a todos los que te buscan;
a todos los que te aman con sinceridad.
9 Cuida de mi vida;
escúchame y respóndeme.
10 Esconde tu rostro a los pecadores;
todos los malvados serán destruidos.
11 Que sean destruidos los que hablan mentiras;
que el Señor los destruya con su furia.
12 Pero que los justos se alegren
y se regocijen en tu presencia.
13 Canten alabanzas a Dios;
que su amor sea su fortaleza.
Que dice el Salmo 68 ?
El Salmo 68 es una oración de alabanza a Dios por su grandeza y poder. El salmista comienza el salmo alabando a Dios por su majestuosidad y su grandeza, y por su bondad y misericordia. El salmista también se refiere a la victoria de Dios sobre sus enemigos, y a su poder para salvar a los que lo buscan. El salmista también se refiere a la presencia de Dios entre su pueblo, y a su amor por los que lo buscan. El salmista termina el salmo alabando a Dios por su grandeza y poder, y por su bondad y misericordia. El salmista también se refiere a la presencia de Dios entre su pueblo, y a su amor por los que lo buscan. El salmista termina el salmo alabando a Dios por su grandeza y poder, y por su bondad y misericordia.
Preguntas frecuentes del Salmo 68
Pregunta 1: ¿Por qué el Señor es bueno y su misericordia es eterna?
Respuesta 1: El Señor es bueno porque Él es amoroso, misericordioso y compasivo. Su misericordia es eterna porque Él es fiel y siempre está dispuesto a perdonar y restaurar a aquellos que se arrepienten de sus pecados. Él es un Dios de amor y gracia que siempre está dispuesto a ayudar a aquellos que lo buscan.
Pregunta 2: ¿Por qué el Señor salva a los humildes?
Respuesta 2: El Señor salva a los humildes porque Él es misericordioso y compasivo. Él sabe que los humildes son los más vulnerables y necesitan su ayuda. Él también sabe que los humildes son los más propensos a arrepentirse de sus pecados y aceptar su amor y gracia. Por eso, el Señor salva a los humildes para que puedan experimentar su amor y gracia.