Versículo 1: Oh Dios, escucha mi oración; atiende a las palabras de mi boca.

Versículo 2: De la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón está angustiado; líbrame a la roca más alta que yo.

Versículo 3: Porque tú eres mi refugio, una fortaleza contra el enemigo.

Versículo 4: Para que me libres de la perversidad que me rodea, de los que hablan con malicia.

Versículo 5: Me cubrirán de insultos y me rodearán de terror; pero yo confiaré en ti.

Versículo 6: Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; cantaré alabanzas a tu nombre.

Versículo 7: Alégrate y regocíjate, oh justo; canten de alegría todos los rectos de corazón.

Versículo 8: Alaben al Señor con la lira, con lira y voz de canto.

Versículo 9: Canten al Señor con los tambores, con la danza y con la flauta.

Versículo 10: Porque el Señor es el Dios de la victoria; él es el Dios altísimo.

Que dice el Salmo 64 ?

El Salmo 64 es una oración de confianza en Dios. El salmista reconoce que Dios es el único que puede salvarlo de sus enemigos. El salmista pide a Dios que lo proteja de los planes malvados de sus enemigos y que los castigue por sus malas acciones. El salmista también pide a Dios que lo libere de la angustia y el temor que siente por sus enemigos. El salmista confía en que Dios lo salvará y que su misericordia y bondad lo protegerán. El salmista termina el salmo con una oración de alabanza a Dios por su poder y su bondad.

Preguntas frecuentes del Salmo 64

Pregunta 1: ¿Por qué el Señor es bueno y su misericordia es eterna?

Respuesta 1: El Señor es bueno porque Él es un Dios de amor y misericordia. Su misericordia es eterna porque Él es fiel a sus promesas y siempre está dispuesto a perdonar a aquellos que se arrepienten de sus pecados. Él es un Dios de justicia y misericordia, y su amor es inagotable.

Pregunta 2: ¿Cómo puedo confiar en el Señor?

Respuesta 2: La mejor manera de confiar en el Señor es mediante la oración. Cuando oramos, le damos la oportunidad de hablar con nosotros y de mostrarnos su amor y misericordia. También podemos confiar en el Señor al estudiar su Palabra y al obedecer sus mandamientos. Cuando confiamos en el Señor, Él nos da la fuerza y el consuelo que necesitamos para afrontar los desafíos de la vida.

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