I
Ved al Señor, y su hermosura;
Ensálzase sobre los cielos su grandeza.
II
La multitud de sus ejércitos es como una muchedumbre de ángeles;
En medio de ella, el Señor está en Sión.
III
Ensálzase el Señor, y se glorifica;
En su santuario, todos los dioses adoran.
IV
¿Qué dios hay semejante a ti, oh Señor?
Muy grande es tu poder y tu fidelidad.
V
Tú dominas los mares con tu poder;
Cuando tus olas se levantan, se aterrorizan.
VI
Tú has quebrantado a Rahab como a un muerto;
Con tu brazo poderoso has dispersado a tus enemigos.
VII
Los cielos tú los hiciste;
La tierra y todo lo que hay en ella tú la fundaste.
VIII
Tú hiciste el norte y el sur;
Tabor y Hermón cantan de tu nombre.
IX
Tú tienes un brazo fuerte;
Tu mano es poderosa, tu diestra excelsa.
X
La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono;
Misericordia y verdad van delante de tu rostro.
XI
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
Que solamente él hace maravillas.
XII
Y bendito sea su nombre eterno,
Y que toda la tierra se llene de su gloria.
Amén y Amén.
Que dice el Salmo 42 ?
El Salmo 42 es una oración de lamento y una súplica a Dios para que lo ayude en tiempos de aflicción. El salmista se siente abrumado por la tristeza y la soledad, y pide a Dios que lo ayude a superar estos sentimientos. El salmista también pide a Dios que lo libere de sus enemigos y que le dé fuerzas para seguir adelante. El salmista concluye el salmo con una oración de alabanza a Dios por su bondad y misericordia. El Salmo 42 es una oración de esperanza y consuelo para aquellos que están pasando por tiempos difíciles.
Preguntas frecuentes del Salmo 42
Pregunta 1: ¿Por qué el Señor se ha olvidado de mí?
Respuesta 1: El Señor nunca se olvida de nosotros. Él siempre está presente para nosotros, incluso en los momentos más difíciles. El Salmo 42 nos recuerda que Dios es fiel y que siempre está con nosotros, aunque a veces no lo sintamos.
Pregunta 2: ¿Cómo puedo encontrar consuelo en medio de la aflicción?
Respuesta 2: El Salmo 42 nos recuerda que Dios es nuestro consuelo y que nos ayudará a superar cualquier situación difícil. Dios nos da la fuerza y el coraje para seguir adelante, incluso cuando todo parece perdido. Él nos ayuda a encontrar consuelo en medio de la aflicción.