Salmo 148
1 Alabad a Jehová desde los cielos; Alabadle en las alturas.
2 Alabadle, todos sus ángeles; Alabadle, todas sus huestes.
3 Alabadle, sol y luna; Alabadle, todas las estrellas de luz.
4 Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos.
5 Alaben el nombre de Jehová; Porque él mandó, y fueron creados.
6 Él los confirmó para siempre, para siempre y eternamente; Les dio ley que no pasará.
7 Alabad a Jehová desde la tierra, Vosotros, grandes monstruos marinos, y todos los abismos;
8 Fuego y granizo, nieve y vapor de nubes; Viento tempestuoso que cumple su palabra;
9 Montes y todos los collados; Árboles frutales y todos los cedros;
10 Fieras y todas las bestias, Reptiles y aves voladoras;
11 Reyes de la tierra y todos los pueblos; Príncipes y todos los jueces de la tierra;
12 Jóvenes y vírgenes, Ancianos con los que están en la vejez;
13 Alaben el nombre de Jehová; Porque su nombre solo es exaltado; Su gloria es sobre la tierra y el cielo.
14 Y él exaltará la hornacina de su pueblo; Porque él confirmará la paz del suyo; Y los elegidos de él morarán en ella.
Que dice el Salmo 148 ?
El Salmo 148 es una alabanza a Dios por su grandeza y poder. El salmo comienza con una invitación a todos los seres vivos para que alaben a Dios por su grandeza y poder. El salmo continúa con una descripción de la grandeza de Dios, que es superior a todos los demás. El salmo también destaca la bondad de Dios, que es inagotable. El salmo termina con una oración de alabanza y gratitud a Dios por su bondad y poder.
Preguntas frecuentes del Salmo 148
Pregunta 1: ¿Por qué el Señor es digno de alabanza?
Respuesta 1: El Señor es digno de alabanza porque es el Creador de todas las cosas, el que nos ha dado la vida y nos ha bendecido con sus dones. Él es el Señor de la justicia y el amor, y nos ha dado la libertad para vivir una vida plena. Él es el único que nos puede guiar a la verdad y nos da la esperanza de un futuro mejor.
Pregunta 2: ¿Cómo podemos alabar al Señor?
Respuesta 2: Podemos alabar al Señor al orar a Él, al cantar sus alabanzas, al estudiar su Palabra, al servir a los demás, al compartir su amor y al vivir una vida de obediencia a sus mandamientos. Alabar al Señor es una forma de expresar nuestra gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros.