Salmo para la salud de un hijo

Un salmo que podría ser apropiado para pedir por la salud de un hijo es el Salmo 103:

Bendice, alma mía, al SEÑOR, y todo lo que hay en mí bendiga su santo nombre. Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios.

Él perdona todas tus iniquidades, sana todas tus enfermedades, rescata tu vida del abismo, te corono de amor y de compasión.

Él sacia tus anhelos con cosas buenas, tu juventud se renueva como el águila.

El SEÑOR hace justicia y defiende a los oprimidos. Dio a conocer su camino a Moisés, a los hijos de Israel sus prodigios.

El SEÑOR es misericordioso y compasivo, lento para la ira y rico en amor. No tendrá en cuenta para siempre nuestras faltas, ni para siempre guardará rencor.

No nos ha tratado como merecen nuestras faltas, ni nos ha pagado según nuestros pecados.

Como el cielo es alto sobre la tierra, así grande es su amor por los que le temen. Como el oriente está lejos del occidente, aleja de nosotros nuestras rebeliones.

Como un padre se compadece de sus hijos, el SEÑOR se compadece de los que le temen. Pues él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que somos polvo.

Los días del hombre son como hierba, florece como la flor del campo. Pasa el viento sobre ella, y ya no existe, y su lugar no vuelve a conocerla.

Pero el amor del SEÑOR es eterno para los que le temen, y su justicia para los hijos de sus hijos, para los que guardan su pacto, y se acuerdan de cumplir sus mandamientos.

El SEÑOR ha establecido su trono en el cielo, y su reino domina sobre todo. Bendicen al SEÑOR, todos sus ángeles, poderosos en fortaleza, que cumplen su palabra, obedeciendo a la voz de su palabra.

Bendicen al SEÑOR, todos sus ejércitos, sus ministros que hacen su voluntad. Bendice, alma mía, al SEÑOR.

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