“Bienaventurado el hombre que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley del Señor está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no caerá; y todo lo que haga prosperará. No así los malos, no; sino que como el tamo serán arrebatados del viento. Por tanto, los malos no resistirán en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos. Porque el Señor conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá.”
¿Que nos enseña el salmo 1?
El Salmo 1 es una meditación sobre la vida del hombre justo en comparación con la vida del hombre malo. El salmo comienza describiendo al hombre justo como “bienaventurado” (traducido también como “feliz” o “afortunado”) porque él no seguía el consejo de los malos ni caminaba en el camino de los pecadores. En cambio, el hombre justo encuentra su deleite en la ley de Dios y medita en ella día y noche.
El salmo continúa comparando al hombre justo con un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da fruto en su tiempo y cuyas hojas no caen. Todo lo que hace prospera. En contraste, el hombre malo es comparado con tamo, que será arrebatado por el viento.
El salmo concluye diciendo que los malos no resistirán en el juicio ni en la congregación de los justos, ya que Dios conoce el camino de los justos y la senda de los malos perecerá. En resumen, el salmo 1 es un llamado a seguir el camino de Dios y evitar el camino del pecado, y promete prosperidad y bendiciones para aquellos que lo hacen.