I
«¡Oh, Dios, no te quedes callado! ¡No te mantengas ajeno a mis gemidos!
II
¡Escucha mi clamor! ¡Todos mis enemigos están atacándome!
III
Mis adversarios me atacan sin piedad; me acorralan sin motivo alguno.
IV
Me persiguen como a un león listo para atacar; me acechan para matarme.
V
¡Levántate, oh Dios, y defiende mi causa! ¡Ponme a salvo de estos malvados!
VI
Tú eres el Dios de la justicia; ¡defiende mi causa! ¡No te olvides de mí!
VII
¡No te quedes callado! ¡No te mantengas ajeno a mi sufrimiento!
VIII
¡Levántate, oh Dios, y defiende mi causa! ¡Ponme a salvo de estos malvados!
IX
Tú eres mi Dios; ¡salva a tu siervo! ¡Sálvame, pues me tienes en alta estima!
X
¡Oh Dios, ten compasión de mí! ¡Respóndeme, que en mi angustia te llamo!
XI
¡Oh Dios, no me rechaces! ¡No te mantengas lejos de mí!
XII
¡Escúchame y respóndeme pronto! ¡Mis pensamientos están llenos de angustia!
XIII
¡Mis enemigos me insultan y me acosan sin parar! ¡Me acorralan con sus mentiras!
XIV
¡Oh Dios, sálvame! ¡Escúchame y respóndeme pronto!
XV
¡Oh Dios,
Que dice el Salmo 82 ?
El Salmo 82 es una oración de alabanza a Dios. El salmista comienza el salmo alabando a Dios por su grandeza y poder. El salmista también pide a Dios que proteja a los oprimidos y dé justicia a los pobres. El salmista también pide a Dios que juzgue a los malvados y los destruya. El salmista termina el salmo alabando a Dios por su justicia y poder. El salmista también le pide a Dios que proteja a los oprimidos y dé justicia a los pobres. El Salmo 82 es una oración de alabanza a Dios por su grandeza y poder, y una petición para que proteja a los oprimidos y dé justicia a los pobres.
Preguntas frecuentes del Salmo 82
Pregunta 1: ¿Por qué el Señor se ha olvidado para siempre?
Respuesta 1: El Salmo 82 nos recuerda que el Señor nunca se olvida de nosotros. Aunque a veces parezca que Dios no está escuchando nuestras oraciones, Él siempre está presente y nos ama. El Salmo nos recuerda que Dios es fiel y que siempre está con nosotros.
Pregunta 2: ¿Qué nos puede enseñar el Señor?
Respuesta 2: El Salmo 82 nos enseña que el Señor nos da la sabiduría y el conocimiento para vivir una vida de fe. El Señor nos enseña a confiar en Él y a buscar su dirección en todas las cosas. El Señor nos enseña a amar a los demás como Él nos ama a nosotros.