1 Refreno:
Oh, líbrame de mis enemigos, Dios mío;
Protege a mi alma de los que se levantan contra mí.
2 Guarda mi vida de los malvados,
De los hombres violentos que me acechan.
3 Miran mis pasos, cuando piensan hacerme daño;
Se agazapan para destruirme.
4 Por nada están dispuestos a la verdad;
Su corazón está lleno de maldad;
Su boca habla con engaño.
5 Me acechan de cerca,
Preparan trampas para atraparme;
Dicen: “¡Ah, ah! ¡Lo hemos visto!”
6 He aquí, oh Dios, que tú conoces mis planes;
No hay en mí nada oculto para ti.
7 No me alcancen sus palabras malvadas;
No me venzas con sus maquinaciones.
8 Caerán sobre ellos sus propias trampas;
Cuando sean castigados, no entenderán.
9 Pero yo me regocijaré en el Señor;
Me gozaré en la salvación de Dios.
10 Todos mis enemigos callarán de vergüenza;
Todos los que me odian, serán cubiertos de vergüenza y deshonra.
Que dice el Salmo 59 ?
El Salmo 59 es una oración de confianza en Dios. El salmista ora a Dios para que lo proteja de sus enemigos y le dé la victoria. El salmista reconoce que Dios es su única esperanza y que sólo Dios puede salvarlo. El salmista también pide a Dios que lo libere de sus enemigos y que los castigue por sus malas acciones. El salmista termina el salmo con una oración de alabanza a Dios por su bondad y misericordia.
Preguntas frecuentes del Salmo 59
Pregunta 1: ¿Por qué Dios no escucha mis oraciones?
Respuesta: El Salmo 59 nos recuerda que Dios siempre escucha nuestras oraciones, pero a veces puede parecer que no está escuchando porque no responde de la manera que esperamos. Esto puede ser porque Dios tiene un plan mejor para nosotros, o porque estamos orando por algo que no es parte de su voluntad. El Salmo nos recuerda que Dios siempre está escuchando y que su respuesta es siempre la mejor para nosotros.
Pregunta 2: ¿Cómo puedo confiar en Dios cuando las cosas van mal?
Respuesta: El Salmo 59 nos recuerda que Dios es fiel y que siempre está con nosotros, incluso cuando las cosas van mal. El Salmo nos anima a confiar en Dios y a recordar que Él es nuestro protector y nuestro refugio. El Salmo nos recuerda que Dios nos ama y que siempre está trabajando para nuestro bien, incluso cuando no podemos verlo.